No hay duda que hay personas que influyen en el desarrollo de la raza más que otros. Criadores con visión de futuro que legan a las generaciones venideras la herencia de caballos sobresalientes y ejemplares que servirán de modelo para los que vengan detrás. Les digo esto porque la edición de la Feria Dulce Sueño de este año se le dedicó a uno de estos pilares de nuestra raza: Doña Carmen Barreras… Aquí les comparto la hermosa semblanza que se escribió sobre ella.

Carmen, el Brujo y la Promesa

Carmen Iris Barreras Santiago nació en Caguas un 19 de mayo. Hija única. Su padre, Manuel Barreras Peña, fue farmacéutico; mientras que su madre, Angélica Santiago Laureano, se dedicaba a los quehaceres de su hogar.

A Carmen la pasión por los caballo le viene desde muy pequeña. Cuentan que a su padre no le gustaba llevarla a montar porque le daban unas rabietas que no había quien la bajara.

Estudio trabajo social, con un grado de maestría de la Universidad de Wisconsin, y actualmente se encuentra en camino a terminar un doctorado en trabajo social clínico.

Una vez termina sus estudios, Carmen se establece en los Estados Unidos. Cuando comienza a trabajar logra hacer realidad su sueño y compra su primera yegua, la que llamó Lady. Poco tiempo después adquiere dos caballos de competencia de la raza American Saddlebred, los cuales compitió con mucho éxito.

Promesa de CupidoRegresa a Puerto Rico en el año 1972 e incursiona por primera vez en la crianza de caballos de Paso Fino. Cuatro años más tarde, en 1976, Carmen adquiere los que serán sus dos grandes amores: Brujo de Kofresí y Promesa de Cupido. El Brujo se lo compró a Nonón Figueroa cuando tenía un año; y Promesa apenas llegaba a los dos años cuando se la compró al Dr. Carrasquillo. Los caballistas experimentados saben lo difícil que es poder seleccionar un “campeón” a tan temprana edad, y Carmen no escogió uno sino dos de los ejemplares más importantes de nuestra raza.

Promesa de Cupido alcanza los títulos de Campeona Potranca y Gran Campeona Yegua en la Federación del Deporte de Caballos de Paso Fino de PR; y será recordada como una de las yeguas más finas que ha tenido nuestra raza. Es importante mencionar que esta extraordinaria yegua se mantuvo invicta durante su trayectoria en las pistas de competencias.

En el 1980, Carmen se muda a Isabela y lleva sus caballos a las cuadras de José Hernández. Para ese tiempo ya había nacido la yegua Hechizo, hija de Brujo y Promesa, y uno de los pilares en la crianza de Carmen. A partir de esta fecha, el Brujo se consolidará como uno de los mejores padrotes de su tiempo y Gran Jefe de Raza produciendo ejemplares de la talla de Coralito, Digital, Aristocracia, Sombra del Brujo, Basallo, El Brujito, Amorosa del Brujo, Orgullo del Brujo, Carrilera y otros.

Para el 1983, Carmen decide mudarse nuevamente a los Estados Unidos y lleva con ella todos sus ejemplares, estableciéndose en Carolina del Sur. En ese tiempo compite a Promesa y Brujo en la PFOBA (hoy PFHA), quedando ambos como campeones internacionales. Estando en los Estados Unidos, Carmen casta el que vendrá a ser su otro gran amor: Indiscreción de Promesa. Un ejemplar mediasangre hijo de Promesa de Cupido en el famosísimo semental de Paso Fino Colombiano, Resorte IV. Este cruce dejó demostrada la prepotencia genética de Promesa y de la línea de Carmen, pues dominó en Indiscreción de tal forma que apenas se distinguen las características de su padre.

Brujo de KofresíPor pedido de un gran amigo, en 1989 Carmen decide traer al Brujo de regreso a Puerto Rico para servir de padrote en la finca de Minín Kuilan en Dorado. En ese año el Brujo de Kofresí sirvió 86 yeguas, fijando sus características de naturalidad, elasticidad en el tren posterior, alzada, brío y belleza.

En la actualidad, Carmen tiene cerca de 12 ejemplares todos descendientes de sus tres grandes amores: Brujo de Kofresí, Promesa de Cupido e Indiscreción de Promesa. Entre ellos se encuentra Manuela, doble Brujo de Kofresí y nieta de la gran Promesa de Cupido, pero sobre todo, digna representante de la línea que Carmen desarrolló y ha custodiado por más de 40 años.

Carmen no sólo se ha destacado en los caballos, sino que también incursionó en la crianza de perros de raza. Primero con perros de la raza Doberman Pinscher, donde recordamos a su amado “David”, tan inteligente que lo único que le faltaba era hablar. Actualmente tiene una crianza de Fila Brasileiro. Sus preferidos son Coco, Pechi, Hoya y Rex.

Aquellos que han tenido la oportunidad de conocer de cerca a esta gran mujer puertorriqueña pueden dar fe de su entereza y sensibilidad humana, de su fortaleza y valentía para enfrentar cada reto que la vida le ha presentado. Siempre acompañada de su inseparable Toñita, quien le ayuda desde el 1976. Mujer de basta cultura y mirada profunda. Amiga fiel y honesta, que en más de una ocasión pecó de decir la verdad sin tapujos. Amante de la música y de la poesía; y estudiosa de las culturas indígenas americanas. Pero sobre todo, defensora incansable de la raza de Paso Fino Puro Puertorriqueño.

~*~ ¡Qué viva el Paso Fino! ~*~

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